El apoyo del gobierno
británico de la propuesta para que los médicos de Atención Primaria ofrezcan
videoconsultas a través de teléfonos inteligentes (smartphones) ha sido
recibida con escepticismo desde el colectivo sanitario y expertos de salud.
En una entrevista publicada en el diario Telegraph (acceso online, 12 de
septiembre), el secretarios de asuntos sociales, Matt Hancock, expresa la
intención de conseguir un sistema sanitario en el que todos los pacientes
puedan utilizar sus móviles, tabletas u ordenadores para tener video-consultas
(tipo “Skype”) con sus médicos de familia.
Hancock ha admitido ser usuario
de la aplicación Babylon, que el sistema nacional de salud británico (National
Health Service-NHS) ofrece en algunas partes de Londres. Una vez registrado en
Babylon, los pacientes pueden reservar citas a través de la aplicación y accede a
la video-consulta a través de teléfono, tableta y ordenador en las siguientes horas. Si fuera necesaria una
consulta cara a cara, se realizaría una visita presencial en uno de los cinco
cubículos disponibles en la capital.
La resistencia no ha tardado
en hacerse eco por parte de varios comités del NHS, que exponen la falta de
viabilidad de este proyecto en ámbitos como planes de cribado y educación. Los médicos
tampoco se muestran adeptos de esta estrategia y advierten que atraerá
consultas por motivos leves desde una población joven; esto puede ser un
“despilfarro” que malgaste los fondos del NHS.
La empresa cuenta con un plan
de contratación privado. ¿Sería más razonable que quien desee una consulta
virtual pague expresamente por ella?
¿Estarías dispuesto a
contratar y utilizar este tipo de “telemedicina?
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