martes, 8 de marzo de 2022

«Corazones femeninos: ¿iguales o diferentes?»

La determinación genética de los cromosomas X e Y condiciona una serie diferencias entre hombres y mujeres. Entre concreto, diferentes modos de enfermar. Es cierto que los factores de riesgo (FR) tradicionales para enfermedad cardiovascular (ECV) (tensión arterial, diabetes mellitus, colesterol) afectan a ambos sexos. Sin embargo, la mujer goza de una protección frente al desarrollo de estas enfermedades a lo largo de su vida fértil gracias a la acción de los estrógenos. Es un mecanismo natural que ha permitido mantenerla en una situación privilegiada de salud en el marco temporal de la maternidad. Es decir, la naturaleza prepara y beneficia a la mujer para la crianza de su descendencia.

Lamentablemente, estamos asistiendo a un aumento desproporcionado de incidencia de ECV en la mujer, cada vez a edades más tempranas y con mayor impacto en la supervivencia. La mujer ha adquirido hábitos de vida desfavorables (no condicionados por la genética): tasas sedentarismo, tabaquismo, hábitos nutricionales y uso/abuso de tratamientos que alteran la protección hormonal natural. De hecho, la ECV es ya la primera causa de muerte en mujeres, por encima del cáncer y de las enfermedades respiratorias. Además de estos factores, existen otros FR (a veces no reconocidos) que afectan específicamente a la mujer, como las alteraciones relacionadas con el embarazo y complicaciones de fertilidad. 

Sin un conocimiento adecuado de las situaciones que pueden aumentar el riesgo cardiovascular de la mujer en las diferentes etapas de su vida, es complicado poder establecer las medidas oportunas y adelantarnos a las complicaciones. Porque ese concepto de «riesgo cardiovascular» implica la posibilidad de desarrollo de trastornos más graves (complicaciones), que incluyen: enfermedad arterial coronaria (la forma más leve es la angina de pecho, pero también está el infarto de miocardio y la muerte súbita), arritmias, insuficiencia cardiaca, enfermedad cerebrovascular (ictus, embolias, hemorragias cerebrales), trombosis venosa y tromboemblismo pulmonar, entre otras. 

A continuación se mencionan algunas de las condiciones que pueden afectar de forma característica a la mujer y cuyo padecimiento aumenta el riesgo cardiovascular en etapas posteriores de la vida: 

1.- Alteraciones del embarazo: 

  • Estados hipertensivos del embarazo (EHE) (incluye preeclampsia)
  • Diabetes mellitus gestacional (DG)
  • Desprendimiento de placenta
  • Bajo peso pretérmino
  • Parto pretérmino 

2.- Temporalidad de ciclos / fertilidad: 

  • Menarquia tardía
  • Menopausia temprana (entre los 40 y 50 años) o insuficiencia ovárica prematura (IOP) (menopausia antes de los 40 años) (incluye los casos en los que se produce por una intervención como la extirpación de útero - histerectomía -  que puede incluir trompas y ovarios)
  • Utilización de anticonceptivos: no sólo por la alteración hormonal que producen, sino porque muchos de ellos actúan en el hígado y ocasionan cambios en los niveles de lípidos (colesterol, triglicéridos)

3.- Otras condiciones endocrino-ginecológicas

  • Síndrome de ovario poliquístico
  • Hipogonadismo hipogonadotropo
  • Endometriosis
  • Tratamientos de cambio de sexo

En el tríptico de la imagen se pueden observar algunas recomendaciones a tener en cuenta, que es oportuno abordar con su médico. Por supuesto, toda estrategia de prevención debe de ir acompañada de unas pautas de alimentación correctas, realización de ejercicio físico regular, abstención absoluta de tabaco y una gestión apropiada de estrés y emociones


Si tienes cualquier duda o necesitas asesoramiento cardiovascular, no dudes en contactar con Instituto Corvilud. Nuestra atención personalizada tiene en cuenta todos estos determinantes y se adapta, no solo a cada mujer, ni siquiera a cada persona, sino a cada SER HUMANO. 

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