La sal es necesaria para el correcto funcionamiento del
organismo, siempre que se consuma en cantidades que no excedan el límite
recomendado. Si el cuerpo recibe un exceso de sal, por el contrario, se expone
a consecuencias desfavorables en el funcionamiento de nuestro cuerpo.
La más peligrosa y
conocida es la relacionada con la hipertensión arterial, que provoca pérdida de
elasticidad de las arterias, las vuelve rígidas, e impide que la sangre circule
adecuadamente por ellas. Esta circulación alterada de sangre puede llevar a “falta
de riego” de algunos órganos y, de hecho, se sabe que la hipertensión arterial
es la principal causa de ictus y una de las más importantes de infartos. De
aquí la importancia en educar a la población sobre la necesidad de reducir su
consumo de sal.
Pero, ¿sabe usted cuál es esa cantidad diaria de sal que no se
debe de sobrepasar?
Aquí dejo un pequeño test, que responderemos en unos días:
Otras
consecuencias deletéreas del consumo excesivo de sal se relacionan con
mecanismos no relacionados con el sistema circulatorio:
• Favorece el sobrepeso y la obesidad
• Dificulta la función de los riñones: esto
puede favorecer el desarrollo de insuficiencia renal. Además, potencia la
hipertensión arterial e incluso puede predisponer a la formación de cálculos (“piedras”)
en el riñón
• Retención de líquidos: empeora el funcionamiento de los riñones, corazón e hígado y también genera edema e hinchazón de las piernas y los tobillos.
• Disminuye la cantidad de calcio en la
sangre, lo que hace que se disminuya la cantidad de calcio en los huesos y que
haya mayor tendencia a la osteoporosis.
(mayor predisposición a fracturas óseas, especialmente en personas de edad más
avanzada).
• Favorece algunos tipos de tumores: por
ejemplo, el cáncer de estómago
• Dificulta la función del aparato
respiratorio
Y ahora que sabes un poco más de todo esto,
¿estás dispuesto a mejorar tu consumo de sal?
Autora: Amelia Carro
Fuente: Esteve Cardiovascular
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