jueves, 19 de octubre de 2023

Cáncer y enfermedad cardiovascular

La enfermedad cardiovascular continúa liderando las causas de mortalidad en la población general. A pesar de los avances terapéuticos para el abordaje de sus manifestaciones agudas (por ejemplo, infarto de miocardio), no se ha logrado mejorar el impacto en la cronicidad (morbilidad) ni en la supervivencia. 

Las enfermedades oncológicas son la segunda causa de mortalidad por detrás de la enfermedad cardiovascular, tanto en hombres como en mujeres. En estas últimas, hay una creciente concienciación sobre la importancia de programas de cribado y manejo temprano (cáncer de mama, cáncer de cérvix) que ha hecho que: 

a) se diagnostiquen muchos más casos de cáncer. Este aumento de diagnósticos es a costa, fundamentalmente, de los diagnósticos en estadios tempranos (lo que hace que la incidencia global aumente).

b) se consigan curaciones exitosas con remisiones completas. Esta mayor supervivencia conlleva la cronicidad propia de la enfermedad y de las secuelas de los tratamientos



Los programas de cribado de cáncer de mama han permitido una mejora en el diagnóstico y en el éxito de los tratamientos. Cada vez se diagnostican más casos, pero al ser en fases más precoces, se consigue una elevada tasa de supervivencia. 

Muchas personas con cáncer de mama fallecen por enfermedad cardiovascular debido a que: 

a) la enfermedad cardiovascular sigue liderando la causas de muerte en la población general, incluso entre personas con cáncer

b) muchos de los factores de riesgo para el desarrollo de cáncer son compartidos con la enfermedad cardiovascular

c) el diagnóstico de cáncer genera un sesgo para otro tipo de enfermedades, de forma que se tiende a infradiagnosticar la enfermedad cardiovascular en personas afectas por tumores

d) las terapias empleadas para el tratamiento del cáncer, en concreto, para el cáncer de mama. conllevan un riesgo de cardiotoxicidad. En personas que ya tengan factores de riesgo, el impacto de esta cardiotoxicidad es particularmente desfavorable

Por este motivo, cada vez se realiza mayor esfuerzo en protocolizar el manejo de las personas que desarrollan cáncer y/o enfermedad cardiovascular de forma que su diagnóstico no ensombrezca la valoración de otros factores de riesgo y, además, sirva de oportunidad para prevenir las consecuencias adversas del tratamiento así como de cribado de enfermedad cardiovascular..

Sin lugar a duda, la mejor prevención sería actuar antes del establecimiento de cualquiera de ellas, enfermedad cardiovascular o cáncer. Un estilo de vida saludable apoyado en una educación para la salud y auspiciada por todos los organismos políticos-sociales-laborales-educativos permitiría vivr sin enfermedad a un mayor número de personas durante la mayor parte de sus vidas. 

martes, 3 de octubre de 2023

Cáncer de arterias: quizá lo padeces y no lo sabes

Crecimiento descontrolado, inflamación, fibrosis, angiogénesis, apoptosis. 

✍ Aunque complejos, los términos anteriores son bien interpretados por gran parte de la población como asociados a tumores o cáncer. No les falta razón. Sin embargo, hoy no vengo a hablar del cáncer de mama, de pulmón o de próstata. Voy a explicaros que estos fenómenos están relacionados con muchísimas enfermedades crónicas en general y, en particular, con el de aterosclertosis. 

✍ Porque la aterosclerosis es una enfermedad mucho más agresiva y mortal que el cáncer y sigue liderando las causas de mortalidad, discapacidad y pérdida de calidad de vida a nivel mundial. La enfermedad cardiovascular tiene su raíz en este fenómeno común a otras enfermedades, desde el cáncer hasta el deterioro cognitivo pasando por enfermedades autoinmunes, diabetes u obesidad. 

✍ La aterosclerosis es el cáncer de las arterias, que son una especie de tuberías recubiertas en su parte más interna por unas células llamadas células endoteliales. Estas células endoteliales (que en conjunto se llaman endotelio) están expuestas a todas las sustancias que circulan por la sangre a través de las arterias. Algunas de ellas pueden resultar tóxicas, bien por su contenido, bien porque se depositan en su superficie y pueden acumularse y obstruir el paso de sangre. Algunas de estas sustancias tóxicas son determinadas glicoproteínas asociadas a azúcares, radicales libres que se liberan del metabolismo y la respiración celular o lipoproteínas de baja densidad oxidadas. Estas últimas son las que transportan el llamado colesterol LDL (c-LDL), que es el residuo generado del colesterol tras cumplir su función en los órganos, así como determinadas partículas que proceden de la alimentación en forma de grasas saturadas y grasas trans (presentes en productos ultraprocesados). 

✍ El depósito de c-LDL en las arterias genera una respuesta en el endotelio. El endotelio muestra cierta permeabilidad y parte de este c-LDL pasa al interior de la pared de la arteria, donde activa a los macrófagos de la capa media y genera una respuesta inflamatoria. Este proceso ocurre en TODAS las personas y es la responsable de un envejecimiento progresivo y fisiológico de las arterias. El organismo normal es capaz de convivir con este proceso normal y va contrarrestando la inflamación al mismo ritmo en la que esta se produce. 

✍ Pero cuando los niveles de c-LDL superan la capacidad de compensación del organismo, los macrófagos se alteran, comienzan a generar una proliferación incontrolada y la inflamación supera la capacidad del endotelio de mantener el equilibrio. Entonces acontece un tipo de aterosclerosis no fisiológica, que podemos identificar como «tumoral» y que produce consecuencias en forma de eventos cardiovasculares:

. A nivel local, por la compresión/obstrucción del tumor, se produce una «falta de riego»: angina, infarto de miocardio

. La fibrosis que deja la cicatriz del infarto o bien otros mecanismos generan arritmias, algunas causantes de taquicardia ventricular, fibrilación ventricular y muerte súbita.

. La angiogénesis, sangrado, inflamación dan lugar a «metástasis»: dependiendo del órgano que se afecte aparecen: ictus, infartos cerebrales, hemorragias cerebrales, aneurismas de aorta (por debilitamiento de la pared), embolias, etc.

✍ Como podemos comprobar, esta es una enfermedad muy agresiva y mortal. Sin embargo, podemos prevenirla y haccer un diagnóstico precoz capaz de establecer medidas que enlentezcan la progresión y eviten un desenlace fatal. Para ello, es clave conocer los factores de riesgo de aterosclerosis. 

✍ Si quieres saber tu riesgo de padecer un cáncer de arterias, debes conocer tus cifras de tensión, colesterol LDL, metabolismo hidrocarbonado (asociado a diabetes), nivel de actividad física, tabaquismo, etc. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste una medición de estos factores?

Nunca es tarde, ¡mídelos ya!

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