A continuación os dejo unas pautas interesantes para que conozcáis mejor aspectos del funcionamiento del organismo y cómo es posible que, a través del cuidado de los pilares de la salud es posible mejorar tu vida. Por el contrario, si los descuidas, puedes arruinarla.
¿Cuáles son los hábitos que más afectan a la salud del corazón?
La salud de nuestro organismo, en general y, en particular, la de nuestro corazón, se ven muy condicionadas por una serie de hábitos que podemos considerar los cinco pilares de la salud:
a) Alimentación equilibrada: los alimentos que ingerimos contienen las sustancias que, por diversos procesos de transformación bioquímica, generan van a dar lugar, por un lado, a la energía necesaria para el funcionamiento correcto del corazón (contracción-relajación muscular, generación de impulsos) y, por otro, a los materiales necesarios para regenerar componentes estructurales (arterias, músculo, células nerviosas). Si llevamos una dieta desequilibrada, estamos alterando el correcto funcionamiento del corazón y haciendo que su estructura se deteriore, con el consiguiente riesgo de sufrir las consecuencias de ese disbalance que, con alta probabilidad, se manifestarán en forma de enfermedades (angina de pecho, infarto de miocardio, arritmias, insuficiencia cardiaca).
b) Respiración adecuada: el aire que entra a los pulmones es otro de los elementos que intercambiamos con nuestro entorno. La extracción de oxígeno y eliminación del dióxido de carbono no sólo dependen de su contenido en el exterior (que sin duda, cuanto menos contaminado, mejor calidad tendrá para nuestro organismo). Es necesario hacer una correcta inspiración y espiración para que la sangre tenga el tiempo que necesita para hacer el intercambio en los alveolos. Hay formas de respiración que predisponen a una mal ventilación alveolar, de forma que el intercambio no tiene la eficacia esperada y no conseguimos el oxígeno necesario para las reacciones químicas del organismo.
c) Ejercicio físico: nuestro organismo está diseñado para el movimiento. La inactividad evita el funcionamiento de muchas estructuras que participan en procesos vitales (por ejemplo, recambio óseo) y resulta dañina hasta el punto de ser un claro factor de riesgo de enfermedades crónicas y cáncer. En particular, el ejercicio es un elemento clave para que el corazón mantenga su actividad, el flujo de sangre en arterias coronarias y el desarrollo de mecanismos protectores que modulan tanto aspectos estructurales como funcionales o el control del ritmo cardiaco.
c) Descanso: durante el descanso, se ponen en marcha mecanismos de regeneración y reparación. Cuando el descanso es insuficiente o de mala calidad, esa reparación no se completa y las células activan vías alternativas para compensar los defectos que van surgiendo en ellas. Puede ser la destrucción de la célula (que sería una “muerte celular temprana”), pero también existe un mecanismo por el que la célula, en lugar de autodestruirse, se “vuelve inmortal”, en forma de transformaciones que la llevan a una multiplicación incontrolada (tumores, cáncer).
d) Pensamiento positivo: una mala gestión del estrés (emocional o incluso físico) nos lleva a actitudes negativas que son desfavorables para el organismo. El estrés, ansiedad (debido a estrés mantenido) o la depresión conllevan liberación de mediadores y hormonas que pueden acabar perjudicando el funcionamiento de muchos órganos, entre ellos, el corazón. Un ejemplo bastante conocido es la liberación de cortisol relacionada con estrés crónico. Afecta directamente al corazón (elevación de tensión, frecuencia cardiaca, hipercontractilidad muscular, etc), pero también de forma indirecta, ya que eleva niveles de azúcar y puede generar estados de diabetes que también son perjudiciales para el corazón.
Todos ellos son importantes y están íntimamente relacionados; además, es frecuente que para poder integrar adecuadamente uno de ellos sea conveniente y positivo modular los demás. Por ejemplo, para un descanso adecuado, se tiene en cuenta patrones de alimentación y ejercicio. Cambiar horarios/tipo de cena y realizar una cierta cantidad de ejercicio físico, el descanso se ve favorecido.
Pero quizá la pieza más desapercibida o que menos atención directa se le pone para prevenir, tratar y rehabilitar la salud cardiovascular es la última de las mencionadas. La gestión del estrés es un aspecto en el que se repara, generalmente, cuando ya ha producido daño. En esta fase (i.e., una persona que ha sufrido un infarto y está en un programa de rehabilitación cardiaca), es posible que sea complicado revertir el proceso de forma sencilla. Hemos llegado tarde, y puede ser necesario la contribución de especialistas en Salud Mental, incluso de medicación. Sin embargo, con una intervención preventiva instaurada de forma precoz (i.e., enseñar técnicas de meditación o relajación en personas con elevado nivel de estrés laboral, incluso en personas sanas), evitaría tratar situaciones que ya se califican con los diagnósticos de ansiedad o depresión. Esta estrategia preventiva precoz debería implementarse también para los otros cuatro pilares.
Ahora tienes las herramientas para cuidar de tu salud
Comparto aquí el enlace sobre una entrevista relativa a estos aspectos recientemente publicada en "The Business Insider".
Y si precisas información adicional o asesoramiento médico, no dudes en consultarnos.
Como ves en este VÍDEO, nos importa globalmente tu salud
No hay comentarios:
Publicar un comentario