«Alimentos. Sin apellidos»
El ser humano comenzó alimentándose para sobrevivir. La gastronomía introdujo el concepto de «placer» en la alimentación. Fue una consecuencia natural de las secuelas que la hambruna y las enfermedades dejaron en la sociedad hasta mediados del siglo XX. Ahora, la gente quiere «comer salud». El desconocimiento, los mitos o los rumores hacen que ese deseo de comer salud se haya convertido en un anhelo con el que comercializar, con el que potenciar el capitalismo y el afán de riqueza de empresas a costa de campañas publicitarias engañosas y hasta fraudulentas. El preparado de alimentos requiere, en ocasiones, un procesamiento básico para evitar contaminantes, desinfección y otros procesos básicos. Pero no se altera la composición básica del alimento. Ejemplos: pasteurización de la leche, envasado de aceite de oliva, congelación de pescado.
Sin embargo, hay determinados compuestos fabricados a base de elementos químicos artificiales que abaratan el coste de producción, pero que no contienen los elementos básicos del alimento «al que imitan». Es la diferencia entre «alimentos» (naturales o mínimamente procesados) y «productos» (ultraprocesados). En los últimos, se elimina o no existe la matriz original del alimento y, en su lugar, se van introduciendo al menos uno (muchas veces varios) de: azúcares, grasas hidrogenadas (trans), sal, aditivos (conservantes, colorantes, emulsionantes, gelificantes, gomas, panificantes, disolventes, aglutinantes e infladores, edulcorantes y potenciadores sensoriales de color y sabor).
Distinguir alimentos de productos no precisa de aplicaciones móviles, másters o grados de nutrición. No debe uno fiarse de los titulares tipo «real fooding», «comida real», «vegano», «sin azúcares añadidos», «light», «zero», etc. Es tan fácil como distinguir una película real de una de ficción. Personajes reales o de animación.
Aquí dejo algunos ejemplos de disuasión que, aunque absurdos, resultan efectivos para confundir al comsumidor. Y lo más grave, pueden conllevar riesgos para la salud, son los principales causantes de intolerancias digestivas, alteraciones de la microbiota, estados inflamatorios, incluso consecuencias cardiovasculares (os lo hemos contado en otras entradas).
-Chorizo sin lactosa
-Bombones light
-Donuts veganos
-Aceite sin gluten
-Zumosfera cuerpo-mente-alma
-Croissants/helados saludables
Se pueden ingerir todo tipo de alimentos (incluidos carne, pescado, leche y huevos) con la recomendación de que sean frescos, de temporada, de proximidad. Lo que el ecosistema deja a nuestra disposición es lo que más nos conviene, y lo que hace que el ciclo vital del mismo (y al que pertenecemos) se mantenga.
¿Quieres compartir ejemplos de esos engaños que debemos identificar y eludir?
OS LEO
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