Tengo la mente y el corazón repleta de
guiones, de historias reales que me han confiado personas con nombres y
apellidos. No han sido enteramente relatadas, sino “interpretadas” a través de
mi acto médico, intuición, experiencia, de verles actuar, relacionarse con sus
acompañantes….. Es un proceso bonito, al que guardo el mayor respeto por el hecho de estar adentrándome en su
intimidad y en los cimientos más profundos sobre los que asientan sus rutinas,
esos llamados “hábitos de vida” que, inconscientemente, les llevan a conductas
que comportan un elevado riesgo cardiovascular.
En esta intromisión-interpretación
debo hacerme la composición correcta y devolverle de forma sencilla, educada,
pacífica el contraste de sus errores con la posibilidad de mejora. ¡Sí! Mejorar
es posible desde sí mismos. No son marionetas a cumplir medicaciones, succionar
tubos de sangre para analítica y descamisarse para que evalúes desde fuera si
su corazón late más o menos rápido, sopla o no sopla, o conserva coherencia,
ritmo y compás. Soy la cardióloga “friki” que les deja tomar parte de su salud…o
de su enfermedad. “No es obligatorio esforzarse, si no quiere, yo respeto su
decisión, pero quizá no la comparta y no sería cómplice de que deliberadamente
aceptara no cambiar sus hábitos”.
Y dichas esas contundentes frases en
las que les otorgo un grado mayor de responsabilidad, me acerco de nuevo, me pongo a pie de cama
para enseñarles sobre el escenario de su vida cómo modificar el papel que están
jugando. Cambiemos de escena, modifiquemos la trama de este drama y conseguiremos un final feliz. Esto me daría para seis o siete entradas del blog.
Simplemente os dejo la lección de hoy.
Ese paciente recién infartado que afirmaba que “comía sanísimo”. Me fui al
camerino y preparé el mejor atrezzo.
Salí a escena en el preciso momento que tocaba buscar el contraste. Allí está,
una simple bandeja de comida de hospital.
Y así seguí explicándole conceptos que
creo que van a cuajar, incluidas diferencias entre alimentos frescos y productos ultraprocesados. Lo que no le enseñaron en la escuela o en casa, lo
aprenderá conmigo. Es complicado, arriesgado (ojo a la intromisión en la vida
de la gente), tedioso y con frecuencia poco y mal aceptado de inicio. Pero creo
que hoy…..hemos dado a esta historia un guión de éxito.
Sólo me queda decirle a
mi paciente (en representación de todos los demás) GRACIAS.
Espero que ahora,
consciente de tu poder sobre tu salud, sigas avanzando en el camino de una vida
más sana y que te acercará día a día a aceptarte y ser feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario